Una de las situaciones más delicadas que se puede dar en el ámbito empresarial es el proceso de sucesión en empresas familiares. Para que la continuidad de una empresa a través de nuevas generaciones sea exitosa tiene que pasar por este proceso irremediablemente. Por el desarrollo de un conjunto de medidas con el fin de que la sucesión sea factible. En prácticamente ningún caso esta sucesión tiene lugar satisfactoriamente sin la mediación de profesionales.
El proceso de sucesión en empresas familiares y las guerras familiares
La empresa familiar tiene un enorme peso en la economía española y en el entramado societario nacional. Una empresa de este tipo reduce, según los expertos, la tasa de fracaso cuando se trata de la primera generación. Pero ¿qué ocurre cuando hay que dar paso a una segunda generación? Cuando hay que dejar el mando a un nuevo líder.
Desgraciadamente, la sucesión es uno de los mayores problemas ya en lo que se denomina el primer traspaso. Es el momento en el que surgen las guerras familiares por el control del mando. Una situación nada nueva, sino que se remonta a épocas pasadas. A la mente de todos conocidas mercantiles que protagonizaron conocidos enfrentamientos que en la mayoría de los casos desembocaron en reparticiones y desapariciones de las empresas familiares como tal.
Tal es la situación que se calcula que solo un 3 % de las empresas familiares logran completar una sucesión con éxito. ¿Cuáles son las razones de este éxito frente al gran porcentaje de fracasos? ¿Cómo se puede llevar a cabo una sucesión con éxito? No cabe duda de que la respuesta a estas preguntas se encuentra en aplicar o llevar a la práctica un proceso calculado, planificado y factible.
¿En qué consiste un proceso de sucesión en la empresa familiar?
Aunque parece una obviedad, el éxito pasa por la delimitación de las funciones. Una de las dolencias principales de una empresa familiar es que estas funciones no están claramente delimitadas. Es importante no solo dejar claro este aspecto, sino delimitar la propiedad y la gestión. No siempre los propietarios estarán al mando de la gestión, ni viceversa. Llevado a cabo este primer paso, el proceso de sucesión tiene que conllevar una serie de acciones indispensables:
- Iniciar el proceso antes de la muerte del fundador.
- Tener muy en cuenta la voluntad del fundador en lo que a la continuidad se refiere. En muchas ocasiones la continuidad no recae en un familiar sino en una persona ajena a la familia.
- Hay que remediar los principales problemas que plantea la familia como la falta de voluntad o la retención del poder.
El proceso de sucesión en empresas familiares, como conclusión, es un momento clave y delicado en la continuidad de una empresa. Conocer a fondo la organización de la sociedad y delimitar las funciones son dos aspectos indispensables para el éxito del proceso. Existen expertos en este tipo de procesos y personas idóneas para que un asesoramiento y gestión adecuados garantice la continuidad de esa empresa familiar.